El Jefe de Gobierno de la capital del país está saliendo bien librado de la tragedia causada por el operativo fallido en el News Divine. Después de un rápido y sólido informe de la Comisión de Derechos Humanos, Marcelo Ebrard adoptó luto, lamentó y se mostró indignado por los hechos, destituyó al Procurador de Justicia y al Secretario de Seguridad, aceptó las recomendaciones del informe de la Comisión (que reprobó las políticas de seguridad y procuración de justicia), propuso una reforma integral de seguridad, presentó un programa de atención a la juventud, indemnizó y se disculpó públicamente con los afectados (después de haberse reunido 17 veces con ellos en privado, lo que abonó a que la reunión pública no se saliera de control). Su labor fue bien percibida por la opinión pública (ver sección encuestas). Ebrard se puede dar el lujo, una semana después, de retomar con el mismo vigor que tuvo cuando se anunció, el tema de la consulta en materia petrolera. Sus contrincantes políticos quedaron expectantes, apostando a que la crisis, por su gravedad, le estallaría en las manos. El Congreso ha llamado a Ebrard para que explique los hechos, pero ya será tarde para tratar de revivir un asunto que el Jefe de Gobierno está por declarar cerrado.
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