El orgullo nacional quedó por los suelos después de una pobre exhibición de la delegación mexicana en los pasados juegos olímpicos. El Tae Kwon Do levantó la moral y la cosecha de medallas, pero ya se ha citado al congreso a los dirigentes deportivos pare rendir cuentas sobre la falta de resultados concretos de los otros 82 deportistas de la delegación. Como en otros sectores de la vida nacional, en el deporte organizado subsisten enclaves autoritarios y corruptos que distorsionan la equitativa distribución de oportunidades y son diques para el desarrollo del potencial de los atletas mexicanos. Inclusive los medallistas declararon haber llegado a las olimpíadas a pesar de todos los obstáculos provenientes de los dirigentes deportivos (“ganar a pesar de México”). Se debe transparentar la actuación de las agrupaciones deportivas (que reciben cuantiosos recursos públicos). Urgen políticas que aumenten la cobertura del acceso a la vida saludable y al desarrollo disciplinado de la actividad física. De ahí, podrían partir políticas integrales y transparentes focalizadas en el deporte de alto rendimiento con la participación de las federaciones deportivas, universidades e iniciativa privada.
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