El operativo de Michoacán no tiene precedentes. Implicó la detención de funcionarios de alto nivel muy cercanos al gobernador del estado. Entre ellos se encuentran 10 presidentes municipales –del PAN, PRI y del PRD– a los que se les señala por proteger al grupo criminal “La familia”. El gobernador se ha inconformado por no haber sido enterado del operativo. Estas detenciones sirven para ilustrar el nivel de penetración del crimen organizado en las instituciones de los tres niveles de gobierno. En este contexto el gobierno manda la señal de que, de proponérselo, podría ir por más funcionarios. Sin embargo, el verdadero reto es que las autoridades federales y locales puedan apoyar de forma integral, desde el inicio de sus gestiones, a las autoridades municipales de las zonas de riesgo. Esto con el fin de recuperar el control sobre sus territorios, pues si se les deja a merced de los grupos criminales, de las delaciones y de operativos federales, seguirán aumentando los casos de ciudadanos honestos que preferirán no asumir cargos en el sector público.
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