Setenta años después de su fundación el Partido Acción Nacional se encuentra con poco que festejar. La trayectoria del partido incluye logros importantes, pero ya en la Presidencia el PAN no ha tenido la flexibilidad ni la visión para crear el gobierno que por décadas buscaron. Fox y Calderón perdieron la oportunidad de transformar el sistema político y enfrentar los poderes fácticos que paralizan la toma de decisiones en el país. Es cierto que la coyuntura institucional complica el ejercicio del gobierno, pero también lo es que el PAN no ha tenido el liderazgo, la apertura o las ganas de impulsar los cambios que transformarían al país del modo en que sus fundadores pensaron.
Al interior del PAN se aplaude el esfuerzo de introspección llevado a cabo con motivo de su aniversario, sobre todo a la luz de la falta del mismo en otros partidos políticos. Sin embargo, la reflexión se queda en el resultado de los comicios intermedios, y no abarca los problemas que hoy día dividen al partido, ni los que han causado su desgaste frente a la opinión pública. Siguen pendientes temas cruciales como la ampliación de la militancia y las estructuras.
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