Tras contabilizarse los votos de 342 de los 381 miembros del Consejo Nacional del Partido Acción Nacional, se definió el sábado pasado la lista nacional de candidatos plurinominales a la Cámara de Senadores. De la lista de 32 personas, la línea habitual de preferencias electorales del PAN a nivel nacional dan entrada directa a los primeros 12 ó 13 lugares. Desde miembros cercanos al círculo íntimo del Presidente Calderón hasta los operadores de Josefina Vázquez Mota, los nombres en la lista evidencian el nuevo orden del PAN a la par del resultado de las negociaciones desarrolladas en el periodo intercampañas.
El listado establece con claridad los acuerdos generados al interior del PAN: una fuerte compensación al bloque de Ernesto Cordero; la inclusión de miembros clave del grupo de Vázquez Mota, como su coordinador de campaña Roberto Gil Zuarth; una compensación directa a las pérdidas electorales en el DF y el Edo. México -Gabriela Cuevas, Laura Rojas, Mariana Gómez del Campo y Felipe Bravo Mena; lugar para los cercanos al Presidente -Luisa María Calderón, Alonso Lujambio y César Nava- y sus operadores en el Congreso -Héctor Larios y María Dolores del Río. Si bien parece una lista integral, lo cierto es que muestra el despliegue de recursos al interior del partido por parte del Presidente y su distribución en cuanto a consejeros se refiere para establecer dentro de los primeros trece plurinominales al senado muchos cercanos a la silla gubernamental. Al respecto la figura de Gil Zuarth, Lujambio y Cordero (en el primer lugar de la lista plurinominal) evidencian la operación cicatriz entre los contendientes a la Presidencia. Así parecen estar alineándose todos los recursos del Ejecutivo y el partido hacia la candidata presidencial, cuyo desempeño en la elección beneficiaría a todos.
Si bien se observa un crisol de plurinominales relativamente representativo de la mayoría de las corrientes de poder actual del partido, en lo local y estatal existen diversos focos rojos que amenazan la movilización del partido una vez arrancada la campaña. Evidentes, por ejemplo, son las impugnaciones ante el Tribunal Electoral y el CEN de algunos panistas que se quedaron fuera de las listas plurinominales en las dos cámaras o bien sostienen lugares al fondo de éstas. Por ejemplo, en Nuevo León -entidad clave para la elección presidencial- la licencia del alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal, para dedicarse a su candidatura a una diputación federal levantó quejas que inclusive significaron la salida de connotados panistas regiomontanos como Alejandro Páez -ex alcalde de San Pedro y Santa Catarina. Muchas de estas tensiones reflejan también la diferencia entre operadores capaces de movilizar votos y ciudadanos (base histórica del partido) que son figuras relevantes pero poco útiles en el sentido estrictamente electoral. Por lo tanto, si bien los recursos federales fueron suficientes para garantizar la cohesión partidista en el bloque cercano al Presidente o funcionarios altos de su gobierno, en esta elección se jugará la capacidad del partido de ganar y de mantener la cohesión interna.
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