Como si no fuese suficiente su fracaso en los pasados comicios, el Partido Acción Nacional entró en conflicto por la dirigencia nacional. Emulando las prácticas priístas de antaño, con el apoyo de los Pinos, César Nava se postuló como sucesor de Germán Martínez. Ante esto, un grupo de reconocidos panistas descartaron presentarse como candidatos. Aunque probablemente estos actores no evitarán la elección de Nava, le restan legitimidad al proceso de selección y debilitan al partido. En tiempos donde el PAN debería buscar una bandera conjunta, replantear sus estrategias y generar una identificación partidista distinta a la del PRI, sus líderes parecen incapaces de lograrlo. El entorno no podría pintar peor para el futuro de su dirigencia, la unidad del partido y para el presidente Calderón.
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