Luego de semanas de discusión entre las principales corrientes del PRD, sus diputados federales designaron a Alejandro Encinas como su coordinador para la 61 Legislatura. A pesar de contar con mayoría, Nueva Izquierda y Jesús Ortega cedieron en su intención de colocar en esa posición a Guadalupe Acosta, a cambio de mantener otros puestos clave. La posibilidad de enfrentarse a otra estrepitosa derrota como la del 5 de julio, motivó a los moderados del partido a privilegiar la “unidad” a pesar de las diferencias, mientras que dio a los beligerantes una importante carta de negociación. Con esta designación, se desactiva de momento la posibilidad de quiebre en el partido. Sin embargo, la “unidad” basada en el reparto de las posiciones, más que en la conciliación de las diferencias, no asegura un escenario sin complicaciones. La actitud que Encinas guarde en relación a López Obrador y su disposición al diálogo con las demás fuerzas políticas serán clave en el reposicionamiento o fracaso del partido.
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