El pasado fin de semana se llevó a cabo la encuesta mediante la cual el PRD definirá a su candidato para la elección presidencial de 2012. Los resultados se darán a conocer hasta la próxima semana, sin embargo, pueden anticiparse tres escenarios para la contienda del próximo año.
El primer escenario -el más probable- es el triunfo de López Obrador en las encuestas y su designación como candidato del PRD en alianza con los demás partidos de izquierda. Este escenario implicaría la definición de un candidato que difícilmente logrará remontar la opinión negativa que prevalece entre el electorado. Si bien en todo escenario Peña Nieto luce hoy fuera del alcance de cualquier competidor, lo cierto es que para el PAN tener a López Obrador en la boleta, como representante único de la izquierda, podría ser una buena noticia en la medida en que no le resta votos y sí lo hace al candidato priísta.
El segundo escenario es la ruptura en caso de que alguno de los dos candidatos desconociera los resultados arrojados por la encuesta. A lo largo de las últimas semanas este escenario se ha ido desdibujando. Un elemento a considerar en ese sentido es el acuerdo alcanzado por la Comisión Política Nacional del PRD para ir en alianza total con PT y Movimiento Ciudadano. La ruptura de la izquierda es improbable además porque ni siquiera parece haber voluntad en el PRD para enfrentar a López Obrador y la amenaza que para el futuro inmediato del partido implica dividir votos con él. En el escenario de ruptura pareciera, incluso, más probable que el PRD se alineara con López Obrador y a Ebrard le quedará únicamente la posibilidad de ser postulado por el PANAL. En todo caso, la ruptura implicaría para la izquierda olvidarse de la posibilidad de tener una candidatura competitiva.
Por último, aunque muy improbable, existe la conveniente posibilidad de que los resultados de la encuesta señalen a Ebrard como candidato, y que López Obrador lo reconozca como tal. Este escenario podría representar una oportunidad para la izquierda. Por ser más cercano al centro ideológico, Ebrard podría levantarse como candidato de una izquierda unida y fuerte. También podría ser más atractivo para los votantes independientes, sobre todo si durante la campaña el discurso de evitar el regreso del PRI a los Pinos logra conectar con el electorado. Este escenario sería, quizá, la forma en que la izquierda podría meterse a la competencia.
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