El escándalo de la multiplicación de la deuda de Coahuila durante la gestión del actual Presidente del PRI, Humberto Moreira, podría traducirse en costos electorales para dicho partido y para su precandidato puntero. La contratación de deuda, en sí misma, no es algo dañino si se utiliza de manera adecuada, responsablemente y con fines de desarrollo. Sin embargo, la deficiente normatividad del gasto en los estados, que otorga gran margen de discrecionalidad a los gobernadores y ofrece poca transparencia a la ciudadanía, permite el surgimiento de abusos y malos usos de la deuda. A pesar de que Coahuila cuenta con una de las legislaciones menos deficientes a nivel nacional, las recientes revelaciones acerca de las circunstancias bajo las que el estado contrató 5 mil millones de pesos en deuda indicarían que las reglas pueden violarse, aparentemente, sin castigo.
Políticamente, la llegada de Moreira a la presidencia del PRI hace unos meses parecía una estrategia inteligente en la construcción de la candidatura de Peña Nieto y su camino a la Presidencia. Sin embargo, dada la complicada posición en la que hoy se encuentra, su permanencia al frente del PRI podría convertirse en un pasivo para los planes electorales del partido. Para minimizar los costos del escándalo, el PRI podría preferir una renuncia aminorada después de la definición de su candidato en febrero del próximo año, sin embargo, el Gobierno Federal y el PAN han incrementado la animadversión y harán lo que esté en sus manos para acelerar la salida de Moreira y elevar los costos electorales del suceso. Esta puede ser una apuesta peligrosa también para el Gobierno Federal en la medida que entorpezca la negociación del presupuesto de egresos o bien, como en otras ocasiones, no logren armar un caso consistente.
Si bien Coahuila no es el único estado con problemas de endeudamiento y corrupción, el asunto cobra relevancia dado el contexto electoral y la posición política de su gobernador con licencia. En esa lógica podría esperarse que casos como este, en otros estados y protagonizados por otros gobernadores y ex gobernadores, podrían comenzar a surgir ante la proximidad de las campañas electorales. En la construcción de una nueva imagen, se vuelve de vital importancia para el PRI definir qué posición quiere tomar respecto a este pasivo y los que pudieran surgir.
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