Las reformas al IMSS e INFONAVIT presentadas esta semana en el marco del Acuerdo Nacional por la Defensa de la Economía Familiar y el Empleo llegan con un mes de retraso; lo que representa un síntoma más del proceder reactivo del gobierno. Sin embargo, las iniciativas son positivas porque favorecen la cobertura de los instrumentos de seguridad social, impulsan el acceso a liquidez en caso de despido, y otorgan flexibilidad a las instituciones para adaptarse a las necesidades específicas de los trabajadores. En un entorno donde se han visto más ideas generales que programas accionables, el Gobierno Federal logra una medida que le permitirá impulsar mejores condiciones para la población, matizando así el pesimismo en torno a la expectativa de reducción en el PIB para 2009, al tiempo que critica con hechos al “catastrofismo económico”. Ahora le toca al Congreso discutirlas y aprobarlas, ojalá entiendan el sentido de urgencia.
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