Desde hace 90 años, los movimientos de izquierda en todo el mundo han tomado tres rutas distintas para alcanzar el poder. La revolución rusa abrió el primer camino. A las 9:45 de la noche del 7 de noviembre de 1917, el buque de guerra Aurora lanzó un cañonazo de salva para anunciarles a las tropas bolcheviques que tomaran el Palacio de Invierno en San Petersburgo. El cañón del Aurora marcó el triunfo de la primera revolución marxista del siglo XX. A las pocas horas, Vladimir Lenin se convirtió en jefe del gobierno soviético.
El ejemplo bolchevique, de tomar el poder por medio de una rebelión armada, fue replicado por guerrillas comunistas en docenas de países. Las revoluciones comunistas en China (1949), Cuba (1959) y Nicaragua (1979) son los casos más representativos de movimientos de izquierda que llegaron al gobierno por la vía del fusil. El saldo histórico de las revoluciones comunistas es una enciclopedia de naufragios. La Unión Soviética fue borrada del mapa en 1991. En China, el libre mercado derrotó a la economía centralizada que implantaron Mao Tse Tung y sus camaradas. Los sandinistas nicaragüenses fueron derrotados en las elecciones libres (1990). La pobre Cuba permanece aislada del tiempo y el mundo, por la resistencia biológica de su dictador y un absurdo bloqueo comercial.
En lugares como Colombia, las guerrillas comunistas han logrado sobrevivir al siglo XXI al formar sinergias empresariales con los intereses del crimen organizado. Las revoluciones armadas han acabado en el capitalismo, el fracaso o como brazos militares del narcotráfico.
El segundo camino para alcanzar el poder ha tenido una suerte muy distinta. En 1957 los ciudadanos del estado de Kerala, en India, votaron en elecciones libres para elegir por primera vez en la historia a un gobierno comunista. Desde hace medio siglo, los comunistas de Kerala se mantienen como la principal fuerza política en la entidad. Con datos de la ONU se puede afirmar que Kerala tiene el mejor gobierno comunista en la historia de la humanidad. Sin sacrificar la libertad política de sus ciudadanos, los comunistas lograron reducir la pobreza, casi erradicaron el analfabetismo y aumentaron el promedio de vida de la población. Kerala no es un paraíso, pero sus índices de Desarrollo Humano son envidia en toda la India.
En 1970, en Chile, Salvador Allende se convirtió en el primer jefe de Estado electo democráticamente con una plataforma socialista. La traición criminal de Augusto Pinochet contra las instituciones democráticas chilenas truncó la vida de Allende y el primer experimento del socialismo en América Latina. Desde Kerala y Allende, partidos políticos de izquierda en todo el mundo han alcanzado el poder por la vía del voto y el respeto a la ley.
El tercer camino es de fundación reciente. No es la ruta de la revolución armada, ni tampoco el sendero de la democracia pero combina ingredientes de ambas estrategias. Hugo Chávez y Evo Morales llegaron a ocupar las presidencias de Venezuela y Bolivia por medio del voto popular. Sin embargo, el liderazgo político de ambos se construyó a partir de su desprecio a las normas y valores que dan sentido a la democracia.. En 1992, Hugo Chávez encabezó un malogrado golpe militar que catapultó su carrera en la política venezolana. Evo Morales, líder de una coalición de productores de coca, hizo imposible la gobernabilidad en Bolivia por medio de protestas, huelgas y bloqueos carreteros. La oportunidad de sus respectivos triunfos electorales, los transformó en demócratas improvisados. No alcanzaron el poder como Lenin o Fidel, pero en sus biografías hay un rechazo permanente por los canales institucionales de participación política.
La ruta del fusil quedó cancelada por la historia. Es temprano para juzgar la suerte de los regímenes de Venezuela y Bolivia, pero me temo que su destino está irremediablemente atado al voluble precio del petróleo. El sendero de la izquierda democrática se construye con paciencia y estoicismo para enfrentar los tropiezos en las elecciones. ¿El PRD forjará su propio camino o seguirá la ruta que le marque su caudillo?
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