1) Más política social. Se distribuirán 4,500 millones de pesos a las 5 millones de familias más pobres. Los beneficiarios de Oportunidades recibirán 120 pesos mensuales adicionales, lo que representa en promedio un aumento del 22%. Esto amortiguará en parte el alza en los productos básicos. Sin embargo, hay algunos temas que preocupan. ¿Qué pasará con quienes no califican para recibir esta ayuda? Y, dado que el problema no parece ser temporal, ¿Qué tan permanente será la ayuda? y ¿cuándo se volverá a incrementar? Por último, dada la cercanía con las elecciones intermedias, el aumento de recursos para la política social desde el gobierno federal tiene nervioso al PRD, pero sobretodo al PRI.
2) Siempre no queremos aranceles. Con la reducción o eliminación de aranceles a la importación de ciertos alimentos e insumos las reglas del juego cambian. Hace tan solo un año había presiones para posponer la apertura de las fronteras en algunos productos. Hoy, sin embargo, el tema es traerlos a México de donde sea con tal de obtener mejores precios. Sin embargo, la escasez de alimentos es un problema global, por lo cual la efectividad de esta medida será limitada en el corto plazo.
3) Inversión en infraestructura agrícola y regulación: más vale tarde que nunca. El campo lleva años con problemas como apoyos que no se ligan con productividad, parcelas chicas que no permiten economías de escala, precios de garantía que lejos de ayudar distorsionan, etc. La inversión en infraestructura ayudará aunque no necesariamente en el corto plazo. Por otra parte, no se tocan los problemas de precios regulados ineficientes, ni de escala en los cultivos.
4) Subsidios generalizados que benefician a los más ricos. Mantener el precio de la gasolina, el diesel y el gas LP implica un subsidio estimado en 200 mil millones de pesos. Sumando el subsidio eléctrico, el gobierno federal, con recursos de los contribuyentes, otorgará un subsidio energético por un monto superior a tres puntos del PIB. El gobierno optó por un subsidio populista y además regresivo. Sorprende mucho esta medida en un gobierno que ha optado por subsidios focalizados, es decir, dirigidos a quienes más lo necesitan. La experiencia de los años setenta y ochenta nos ha mostrado que tarde o temprano estas “soluciones” generan costos aún mayores. Simplemente no se entiende qué paso. Urge que el gobierno lo reconsidere.
La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org
