El 1 de julio se realizarán los comicios federales y estatales en el estado de Guanajuato. Los guanajuatenses elegirán al sucesor del panista Juan Manuel Oliva Ramírez en la gubernatura, así como 46 ayuntamientos, 36 diputados al congreso local -22 electos por mayoría relativa y 14 por representación proporcional—, además de diputados federales y 3 senadores. La entidad presenta un bipartidismo PRI-PAN bastante sólido –los partidos de izquierda sólo gobiernan 3 municipios en la actualidad-, si bien Acción Nacional controla tanto el gobierno del estado como 27 ayuntamientos (entre ellos los 5 más poblados e industrializados (León, Irapuato, Celaya, Salamanca y Silao), mientras el PRI lo hace en 13, incluyendo la capital estatal. Por su parte, la elección por la gubernatura se ha centrado entre el candidato del PAN, Miguel Márquez Márquez, y el del PRI, Juan Ignacio Torres Landa. La mayoría de las encuestas establece una probable victoria de Márquez, pero no con la fuerza observada en las elecciones de 2000 y 2006, donde los panistas marcaron diferencias de más de 20 puntos encima de los priístas y más del 50% de los votos totales. Según la última encuesta disponible del Gabinete de Comunicación Estratégica, el candidato del PAN se encuentra como puntero con el 41.4% de las preferencias, solamente 8.5 puntos por arriba del candidato del PRI-PVEM. El candidato del PRD, Arnulfo Montes de la Vega conseguiría 7.4% de las preferencias. Finalmente, en León, donde viven la quinta parte de los guanajuatenses, el empresario Miguel Ángel Salim Alle (PAN) se enfrentará a Barbara Botello (PRI).
En el PAN, la importancia de la elección por la gubernatura de Guanajuato no es menor, al ser una de las pocas entidades con alta probabilidad de victoria. Sin embargo, no han sido pocos los problemas internos de este partido en el que, en la actualidad, podría ser su bastión más sólido. El 9 de septiembre de 2011, el entonces secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, renunció a la titularidad de la dependencia para contender por la candidatura. Allegado y respaldado por el presidente Calderón, el CEN del partido, los aspirantes del llamado Pacto de la Loma (Luis Alberto Villarreal García (senador), Javier Usabiaga Arroyo (ex secretario de SAGARPA) y Ricardo Sheffield) y el ex presidente Vicente Fox, Córdova Villalobos parecía ser el candidato indiscutible del panismo guanajuatense. Sin embargo, en los comicios internos del 5 de febrero pasado, Márquez Márquez –ex secretario estatal de Desarrollo Humano e impulsado por el gobernador Oliva—obtuvo la candidatura con el 53% de los votos de los panistas activos (votó el 90% de éstos) y adherentes (votó el 40%), seguido de 29% para Córdova. Por lo tanto, fue el PAN de la entidad y no el PAN nacional el que estableció la candidatura, a pesar de la fortaleza relativa de Córdova en su ciudad de residencia oficial: León.
Por su parte, los desacuerdos por las candidaturas también surgieron en el PRI, particularmente entre Juan Ignacio Torres Landa –quien ya fue candidato a la gubernatura en las elecciones de 2000-, Miguel Ángel Chico Herrera, Francisco Arroyo Vieyra –senador del grupo de Manlio Fabio Beltrones- y Gerardo Sánchez García–dirigente de la Confederación Nacional Campesina. Al final, se dio el apoyo a Torres Landa, quien tenía una mayor cercanía con el electorado de la entidad al fungir como presidente municipal de San José Iturbide (1983-1985, por cierto, postulado por el PARM, un partido satélite del PRI), tener el mayor nivel de reconocimiento público, ser parte del sector empresarial de la entidad, haber sido diputado federal (1991-1994) y ser heredero de Juan José Torres Landa, gobernador de Guanajuato de 1961 a 1967.
En una sociedad más conservadora como la guanajuatense el PAN ha logrado arraigarse con más éxito que a nivel federal. Lo cierto también es que Guanajuato ha ascendido hasta el sexto puesto nacional en cuanto a producto estatal bruto (2010), tercero en el rubro de servicios financieros y seguros, quinto en medios de comunicación y sexto en comercio (2008). Asimismo, la tradicional industria curtidora de León, las grandes planicies del occidente del estado, y el auge de la refinería de Salamanca, colocan al estado como líder en producción de calzado, lácteos y derivados de petróleo. En resumen, Guanajuato se vislumbra como un refugio del panismo ante las poco halagüeñas perspectivas en el resto del país.
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