Tras un fuerte deterioro ante la opinión pública el FAP decide liberar las tribunas legislativas reclamando su victoria por no haber permitido un albazo legislativo PAN-PRI para aprobar la reforma energética. Por otro lado, Calderón proclama el triunfo de los acuerdos políticos que según dice hicieron fracasar a aquellos que buscaban destruir las instituciones. El hecho es que la iniciativa de reforma energética tendrá que esperar a un periodo extraordinario o inclusive hasta el próximo periodo ordinario. Queda así la puerta abierta para acciones como la toma de tribunas legislativas y gana, para todo efecto, la política de negociaciones en la que las reglas del juego no quedan claras. Parece que el saldo favorable le toca al PRI partido que se encuentra arduamente preparando una nueva iniciativa centrada en una nueva estructura de empresas estatales dentro de un régimen de derecho privado.
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