¿Y las energías renovables qué?

Medio Ambiente

En la primera parte de este artículo se hizo hincapié en los problemas de inseguridad energética que nuestro país enfrenta, así como en los lineamientos no ideológicos bajo los que el debate sobre la reforma energética en México tendría que darse. En esta ocasión, se trata un tema que es un imperativo impostergable para el desarrollo sustentable de varias generaciones de mexicanos: la transición energética.
México enfrenta la amenaza del cambio climático que tiene su principal origen en la quema de combustibles fósiles y que, desde el año 2000, ya le ha representado pérdidas calculadas en 285,350 millones de pesos. Debido a esto, México se autoimpuso dos mandatos que establecen el compromiso de generar el 35% de la electricidad mediante energías limpias (que incluyen renovables y nuclear) para el año 2024 y la meta de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en 30% con respecto a la línea base para el año 2020 (Ley General de Cambio Climático), así como el objetivo de alcanzar una capacidad instalada mínima, una generación efectiva y estrategias y acciones para alcanzarlas considerando la diversidad de las fuentes de energía (Ley para el Aprovechamiento de las Energías Renovables y el Financiamiento de la Transición Energética).
La transición energética requiere la diversificación de la canasta energética nacional, de tal manera que se reduzca el uso de energías fósiles contaminantes y nuestro país pueda ejecutar sus actividades productivas sin detrimento al medio ambiente. La iniciativa de reforma presentada por el Presidente Peña mantiene a la industria de minerales nucleares como un área estratégica de explotación exclusiva del Estado mexicano. Más allá de los riesgos potenciales que la explotación de dicha industria conlleva, esto imposibilita realizar una transición energética basada en la energía nuclear porque los altos costos que ello representaría no podrían ser sufragados en su totalidad por el Estado. ¿Qué hay de las energías renovables? Hasta ahora, nos hemos quedado cortos en relación a los objetivos autoimpuestos; en cuanto al porcentaje de la capacidad efectiva mediante energías renovables, la Secretaría de Energía reportó que sólo se cumplió la meta establecida para 2012 en el caso de la biomasa y el biogás, mientras que con respecto al porcentaje de generación eléctrica mediante energías renovables, la meta para 2012 se logró sólo para las minihidráulicas, la biomasa y el biogás.
México es un país sumamente atractivo en materia de energías renovables. Su potencial abarca altos niveles de insolación en un 70% del territorio nacional; alta intensidad de vientos en áreas como el Istmo de Tehuantepec; alto potencial geotérmico (4º lugar a nivel mundial); alto potencial en plantas minihidráulicas en ciertas regiones; y, grandes volúmenes de esquilmos agrícolas. Pero entonces ¿por qué nos estamos quedando cortos en alcanzar nuestras metas de transición energética? Se pueden identificar cuatro impedimentos:
1.Un todavía escaso conocimiento sobre las tecnologías disponibles, así como sus respectivos beneficios y costos;
2.Una limitada infraestructura de transmisión eléctrica que impide el suministro de electricidad producida a partir de energías renovables con localización remota y de difícil almacenamiento;
3.    Un marco regulatorio que aún asigna una ventaja competitiva a las fuentes fósiles de energía a través de subsidios ineficientes y perversos, y
4.    Una oferta limitada de productos financieros para el financiamiento de proyectos de energías renovables.
A pesar de estos obstáculos, el gran margen de expansión que aún no ha sido explotado en la generación y uso de energía eléctrica a partir de energías renovables como la eólica, solar fotovoltaica y geotérmica, así como su potencial de crecimiento en los sectores industrial y el residencial –quienes representan casi el 85% de las ventas por GW/hora– tienen que ser considerados aspectos clave para el diseño de una política de impulso al sector de energías renovables en la discusión de una reforma energética en México.
Las estrategias para que México pueda lograr una transición energética hacia una mayor inclusión de las energías renovables en su canasta energética y que propicie una actividad productiva y desarrollo económico sustentable son:
1.    Delinear y ejecutar una política de impulso a las energías renovables que esté ligada a una política de innovación en la industria y que, además de atender las necesidades específicas de cada tipo de tecnología, considere las fortalezas de la industria nacional;
2.    Promover una mayor difusión de los beneficios y costos de las energías renovables para: eliminar la asimetría existente entre potenciales usuarios y proveedores de las tecnologías; reducir la incertidumbre de los inversionistas respecto a la fiabilidad de las energías renovables, y promover el desarrollo de más productos financieros adecuados a las necesidades de cada proyecto;
3.    Fortalecer el marco regulatorio del sector de energías renovables y, en especial, fortalecer a los órganos reguladores. En primer lugar, debido a que el área de oportunidad por excelencia del desarrollo de las energías renovables es la generación de electricidad, se tiene que dotar a la Comisión Reguladora de Energía de la facultad de determinar las tarifas del servicio público de energía eléctrica, de manera que se reflejen de manera fiel y transparente los costos de la red. En segundo lugar, en función de que algunas tecnologías renovables ponen presión en los recursos hídricos y en el uso de suelo de las zonas potenciales de los proyectos, se deben asignar atribuciones regulatorias fuertes a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales;
4.    El esquema de temporadas abiertas –que consiste en disposiciones generales que regulan el acceso de nuevos proyectos de generación de energía eléctrica con energías renovables o cogeneración eficiente a la infraestructura de transmisión de la Comisión Federal de Electricidad– tiene que ser modificado de tal manera que se establezca una figura en los procesos que garantice la participación de las partes interesadas, y finalmente,
5.    Los subsidios a fuentes fósiles de energía tienen que ser eliminados no sólo porque son regresivos y envían las señales inadecuadas a los consumidores de energía, sino también porque evitan la competencia en igualdad de condiciones entre las tecnologías fósiles y las renovables.
El reloj biológico y económico de México señala que ha llegado la hora para que se elaboren políticas públicas específicas para su transición energética. Por ello, es fundamental abordar el desarrollo de las energías renovables en el marco de la discusión de la reforma energética con una visión de largo plazo que procure, desde hoy, mejores oportunidades para lograr el desarrollo sustentable del país en beneficio de los mexicanos de hoy y del mañana.

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