Sin aún haber avanzado en las nuevas reglas del proceso penal acusatorio y oral, el Gobierno Federal y el Congreso le tomaron la palabra a la Constitución y regularon las facultades de investigación de la policía. Dado que el Gobierno Federal no logró la aprobación de su propuesta de fusionar a todas las policías federales, lo hará de facto: se transformó a la PFP en Policía Federal (sin lo preventivo) que tiene facultades de investigación y estará en manos de la Secretaría de Seguridad Pública. Son 15 mil y se busca al menos duplicar su número. En tanto, la PGR disolvió la AFI (5,800 efectivos), para dar lugar a una Policía Federal Ministerial (con unos 3 mil elementos), por lo que la auténtica Policía Federal acabará siendo la de la SSP. Hace ocho años se creó la AFI, un esfuerzo muy serio para depurar y profesionalizar a la policía; sin embargo, fracasó porque no se transformó el marco institucional. Persistió, como hoy, un sistema penal inquisitivo, sin transparencia, que subsidia las ineficiencias de las policías, la no rendición de cuentas y solapa la obtención ilegal de pruebas. Sin cambios de fondo al sistema penal, ¿podemos esperar un resultado distinto?
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