En los últimos meses se han presentado tres incidentes que ponen en evidencia al aparato de inteligencia del gobierno. 1) A finales del mes de mayo salió a la luz la contratación de una empresa privada para ‘espiar’ a los miembros del Congreso de la Unión por encargo del CISEN. 2) Manlio Fabio Beltrones dice tener un informe que contiene información privada sobre su trayectoria política e inclusive su familia. 3) Manuel Espino asegura que fue seguido por “capos del calderonismo”. Aunque el centro presidido por Guillermo Valdés negó haber participado en el espionaje político de Beltrones, parece que los legisladores no están conformes y ya piden su cabeza. Los escándalos en torno a estos incidentes de espionaje político evidencian un aparato de inteligencia que tiene dos problemas:
* Diseño institucional deficiente. Son cuatro las instancias encargadas de la inteligencia nacional: la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de la Defensa Nacional y el CISEN. El problema es que no están articuladas entre sí, y la información producida por cada una generalmente no se puede integrar fácilmente al momento de elaborar una estrategia. Además, durante los últimos cuatro sexenios no se ha definido el rol que cada una de estas instituciones juega en el aparato de inteligencia. Así, mientras que bajo las administraciones de Zedillo y Fox se fortaleció la Segob y se dejó de lado al CISEN, bajo la de Calderón este organismo ha más que triplicado su presupuesto.
* Definición de un sistema de inteligencia en un entorno democrático. La Ley de Seguridad Nacional atribuye al CISEN las labores de inteligencia en cuanto a amenazas a la seguridad nacional se refiere, incluyendo infiltraciones en algún área del gobierno. Sin embargo, los escándalos recientes implican la necesidad de establecer reglas claras para que una organización como el CISEN pueda ser eficiente en un contexto democrático. Esto significa contestar preguntas en torno a cómo transparentar la inteligencia sin hacer públicos los resultados o qué hacer si se requiere investigar alguna parte del Estado por sospechas de infiltración. Es necesario construir reglas que den certidumbre de que los órganos de inteligencia serán utilizados para velar por la seguridad nacional y no para la lucha partidista. Asimismo, para que un esfuerzo de esa naturaleza pudiera fructificar sería necesario establecer reglas claras y cumplibles que limiten o impidan labores de espionaje por parte de particulares.
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