Las salidas propuestas a la crisis han tenido que ver con la crisis fiscal y se ha perdido la oportunidad de utilizar este contexto para llevar a cabo los cambios necesarios para un crecimiento sostenido. Un ejemplo de esto ha sido toda la discusión en torno a la miscelánea fiscal que se presentará la semana entrante. Se ha declarado un hueco de $300 mil millones de pesos en la capacidad de gasto del gobierno para 2010 y la pregunta que se plantea es cómo taparlo. Ante la realidad fiscal nacional, esta pregunta resulta limitada y la respuesta no podría ser diferente. Para tapar el hueco, se plantea incrementar la tributación sobre el impuesto que implica menos costos para la clase política, el IEPS. Este impuesto no impacta en los consumidores de la manera que lo hace el IVA, pero tampoco elimina los regímenes especiales, como habría de hacerlo una reforma a la dupla ISR-IETU. Una miscelánea de esta naturaleza podría resolver el problema en 2010, pero sin los cambios que lleven al país a ser una economía moderna y más flexible se tendrá la misma discusión rumbo al 2011.
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