Gamboa y Beltrones, ¿el contrapeso de Enrique Peña Nieto?

PVEM

La composición de la Cámara de Diputados está prácticamente definida, arrojando una potencial mayoría para una (teórica) coalición PRI-PVEM y PANAL de 251 diputados federales del total de 500 –tras la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a favor de la Coalición Compromiso por México sobre el Distrito de Coacalco, Estado de México. Aunque el PANAL ha expresado su apoyo nominal a la coalición, las tensiones entre la Maestra y el PRI, en particular con el diputado electo Beltrones, no son pequeñas y, por lo tanto, sugerentes de la complejidad de tal coalición. A la luz de lo anterior, es de anticiparse que el PRI desplegará una intensa labor de cabildeo en la cámara baja a fin de avanzar la agenda presidencial. Por su parte, el PRI se constituirá como la mayor minoría en la cámara alta con 53 Senadores de 128. Por el peso que representará el tricolor, clave será la determinación de sus coordinadores. En este sentido si bien el PRI ha sido muy cuidadoso en enviar señales más o menos claras sobre la unidad del partido, la característica histórica del mismo es de tensión y diversidad. La designación de Manlio Fabio Beltrones como coordinador en San Lázaro y –tras la declinación de la Secretaria General del partido Cristina Díaz- de Emilio Gamboa en el Senado implica la presencia de dos eficaces operadores frente a las otras fuerzas políticas, pero también el despliegue de fuerzas distintas a la de Enrique Peña Nieto en el poder legislativo, con agendas potencialmente distintas y constituyéndose en un contrapeso al interior del partido. Esto arroja la interrogante sobre qué impacto podrían tener estas nominaciones sobre reformas clave –como la petrolera- que el virtual presidente electo planteó durante la campaña presidencial.
Tras el 1 de julio el casi Presidente Electo ha enfrentado dos situaciones. Por un lado, los distintos enclaves autoritarios del viejo régimen que lo apoyaron durante la campaña presidencial están pasando factura a Peña Nieto por los diferentes espacios que conforman la administración pública. Por otro lado, la conformación de las listas de la cámara alta y baja ha dado como resultado un peso preponderante a actores que no tienen una buena relación con el primer círculo de Peña Nieto caracterizado por Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong y Jesús Murillo Karam, particularmente Emilio Gamboa. Gamboa, después de asegurar su lugar en las listas del Senado, uso el tiempo de la campaña electoral para asegurar el apoyo de la mayoría de los potenciales integrantes de su bancada, relegando grupos cercanos a Peña. Además, dado sus afinidades a las televisoras y al sindicato petrolero, su nominación se podría convertir en una barrera para que la reforma a medios y energéticos no sea votada, en principio, de forma unánime en el PRI, e, inclusive, que no lleguen a ser votadas en el pleno. También sería posible que utilice dichas reformas como medios de cambio para elevar el precio de venta de la designación de ministros de la corte, de empleados y funcionarios en la Secretaría de Hacienda, las nominaciones de embajadores clave, y la selección a libertad de consejeros del Consejo de la Judicatura Federal. Entre las filas de Senadores y líderes del tricolor la designación de Gamboa muestra que se optó por evitar una ruptura dentro del PRI a la luz de la complejidad del panorama político general, aun cuando ésta pudiera entrañar importantes costos para la imagen del PRI y, sobre todo, para el avance de iniciativas de reforma trascendentes.
Por su parte, Beltrones parece un actor mucho más promotor de un revire de reformas estructurales para el país y un coordinador de bancada mucho más funcional a las intenciones de la presidencia de Enrique Peña Nieto. Sus incentivos políticos estarán marcados por la limitante de tener un periodo restringido a tres años en la cámara de diputados, por lo que es de anticiparse que jugará sus cartas con celeridad para avanzar las reformas relevantes, sobre todo la petrolera, tan pronto sea posible. También es de anticiparse que las tensiones entre la bancada del PRI en ambas cámaras será un factor determinante en la probabilidad de avance de dichas reformas. Manlio seguirá abogando a favor de la reforma de seguridad social, y junto con Gamboa encontrarán afinidad en el tema de la reforma fiscal. Ésta última puede ser una de las pocas que pasen con relativa unanimidad en las filas del PRI.
De esta forma, una vez determinados los dos líderes de las bancadas, la discusión relevante se tornará a quien se quedará con la dirigencia del PRI. Ese será el momento donde Peña Nieto tendrá la posibilidad de elevar su poder al interior del partido. Por el momento todo indica que Pedro Joaquín Coldwell permanecerá en el puesto, para eventualmente ser relevado por un gobernador de peso como Ivonne Ortega. Si bien habrá una convocatoria del Consejo Nacional del PRI, esta se dará pasando la instauración de las bancadas y con baja probabilidad de discusión de cambio en el dirigente del partido.

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