La aprobación de la reforma al sistema de pensiones (Ley del ISSSTE) es la primer gran reforma estructural del sexenio calderonista. La Ley representa en sí misma un triunfo de la negociación política y abre el paso para otras reformas necesarias como la fiscal, la energética y la laboral.
• Se aprueba una reforma fiscal light en el Congreso que incrementará los ingresos del Estado apenas en un par de décimas porcentuales del PIB respecto del arreglo fiscal anterior. La reforma no fue a cuestiones de fondo y tampoco se amplió la base gravable.
• La aprobada reforma electoral apunta algunos aspectos positivos y otros negativos. Entre los positivos se reduce la duración de las campañas y se intenta regular las precampañas; se establece el relevo escalonado de los consejeros del IFE y se reduce la propaganda en medios electrónicos.
• Entre los negativos sólo los partidos pueden postular candidatos (cierran el paso a candidaturas independientes); no descienden sustancialmente los recursos para los partidos; se establecen reglas presupuestales y de acceso a espacios en medios, que perjudican a partidos pequeños, consolidando el oligopolio de PRI-PAN-PRD; y los partidos capturan y limitan al IFE como órgano que organiza las elecciones y fiscaliza la actividad de los partidos.
• Con la inconformidad de los partidos pequeños por ver limitada la posibilidad de concertar coaliciones, que les han dado más espacios políticos de los que corresponderían a los votos que serían capaces de obtener por sí solos, el Senado aprobó por 90 votos (PAN, PRI y -a pesar del veto de AMLO- PRD) contra 16 (PT, Convergencia y algunos perredistas fieles a AMLO) las reformas al Cofipe, que instrumentan la reforma constitucional en materia electoral.
• Después de un largo proceso de negociación el triunvirato de partidos no logró consenso para designar a los tres nuevos consejeros electorales. El perredismo llegó fuertemente dividido a la decisión. Antes que repetir el error de 2003 (cuando designaron a los integrantes del IFE sin considerara al PRD), el PAN y el PRI optaron por esperar a la primera semana de febrero para ver si pueden conseguir el aval del PRD.
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