La dupla Beatriz Paredes y Jesús Murillo gana la elección interna por la dirigencia del PRI, gracias a la propuesta de un proyecto de partido de centro-izquierda y a la articulación de alianzas con los gobernadores y caciques regionales.
• El partido no deja de presentar una imagen decadente que le impide superar las enormes carencias del viejo partido hegemónico.
• El triunfo de PRI en la gubernatura de Yucatán demuestra que sigue siendo el partido más vigoroso del país en elecciones locales. Con Yucatán ya son tres estados importantes y emblemáticos que el PRI ha reconquistado y arrebatado al panismo (Chihuahua y Nuevo León serían los otros dos).
• Gana Aguascalientes, gana en Oaxaca y se libera del fardo de Jorge Hank Rohn.
• En las elecciones locales de Veracruz el avance del tricolor fue tan espectacular como la caída del PAN y el PRD.
• Recuperó espacios políticos en Sinaloa. Arrebató cinco alcaldías al PAN (entre ellas Mazatlán), obteniendo la victoria en 16 de 18 municipios.
• De la mano de su “gobernador-operador electoral” Ulises Ruiz, conservó la capital oaxaqueña y arrebató 15 municipios a perredistas y panistas.
• En la más importante batalla electoral de su vida, el gobernador Marín invirtió todo y se llevó todo en Puebla.
• En Tamaulipas, a pesar de las acusaciones de involucramiento del narcotráfico, el PRI refrendó el control del único estado norteño donde la oposición jamás ha sido competitiva.
• El PRI demuestra su resistencia a nivel local y su capacidad para convertirse en el factotum último de decisión en el Congreso de la Unión.
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