El Gobierno Federal mostró esta semana su creciente preocupación por la economía mexicana:
* Hacienda estima la reducción del PIB en -2.8%, Banxico habla de -3.3%, ante la caída de las exportaciones a EEUU.
* La recaudación fue 6.7% más baja en el primer bimestre de 2009 en relación al mismo periodo del año pasado.
* El Banco de México activará la línea de crédito que tiene con el Tesoro de EEUU ($30 mil millones de dólares) para apoyar a la banca en el otorgamiento de crédito.
* El Presidente Calderón informó que México solicitará una línea de crédito por $47 mil millones de dólares al FMI para apuntalar a las reservas internacionales.
La situación interna de menor recaudación –producto de baja actividad económica- y la expectativa de un déficit en la balanza de pagos, obligan al Gobierno a tomar medidas decididas. En este sentido, tanto la línea de crédito con el Tesoro como la negociación de la nueva con el FMI son medidas precautorias. Es claro que el Gobierno no pretende reducir su gasto este año (que es electoral), pues el riesgo real para México será hasta 2010 (cuando el escenario de ampliación del déficit fiscal es altamente probable). Si la disciplina fiscal llega a su fin, ese sí es un riesgo.
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