Lo importante de la visita del presidente Obama es el simple hecho de que haya venido a México. Durante la campaña presidencial estadounidense, México no fue un tema prioritario y las referencias eran negativas. Sin embargo, una vez inaugurada la nueva administración, resultó evidente que México es un tema central para el desarrollo y la estabilidad de Estados Unidos. La presencia de Obama no es un hecho aislado, en las últimas semanas hemos podido observar una inusitada serie de visitas y declaraciones por parte del gobierno norteamericano. Además de ser un mensaje de apoyo al presidente Calderón, la visita implicó esfuerzo de la burocracia del gobierno estadounidense. Todas las entidades relevantes del gobierno norteamericano estudiaron los temas bilaterales, revisaron las agendas pendientes y concentraron su atención en México. Al mismo tiempo, los nuevos integrantes del gabinete del presidente Obama conocieron a sus contrapartes mexicanos e iniciaron un proceso de interacción y diálogo. Así, aunque la visita aparenta ser pura retórica benigna para el gobierno mexicano y para la relación bilateral, las inercias burocráticas tendrán efectos concretos en los meses por venir.
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