La noche del 18 de julio el Partido Acción Nacional hizo un primer posicionamiento abierto sobre la reforma energética. A través de una presentación con siete líneas generales y objetivos en la materia, se expusieron algunas de las características que tendrá su iniciativa. La postura aperturista del blanquiazul con respecto al sector de los hidrocarburos, desató la reacción de actores de las demás fuerzas políticas, como Cuauhtémoc Cárdenas, quien la criticó por incompleta en lo fiscal, o Manlio Fabio Beltrones, quien la saludó y reiteró la disposición de sus diputados a debatirla. Con este pronunciamiento, el PAN fija su postura frente al gobierno, dejando la mesa puesta para que el presidente Peña presente una iniciativa que, aprovechando lo ya existente, se presente como centrista, pudiendo de esta forma incluir alguna apertura del sector.
El bosquejo de la iniciativa del PAN plantea la apertura de todos los mercados de los hidrocarburos. Entre las líneas generales, se expone que la propiedad de los hidrocarburos y la renta petrolera derivada de ellos, así como PEMEX, seguirían siendo propiedad de la nación. Para el aprovechamiento de los hidrocarburos como bienes del dominio público, se propone un régimen de concesiones que se otorgarían a la paraestatal, vía Secretaría de Energía, respetando sus actuales asignaciones, o a cualquier otra empresa. Se propone también la autonomía presupuestal y de gestión, así como un plan para solucionar el pasivo laboral del organismo. También se fortalecería a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) como el órgano regulador previsto en la Constitución. El documento concluye con un claro condicionamiento de la reforma energética a la reforma política, bajo la premisa de que la normalidad democrática es la base del crecimiento económico y el desarrollo social sostenible.
La iniciativa de reforma energética del PAN (al menos la respaldada por la dirigencia encabezada por Gustavo Madero), plantea medidas más liberales en lo económico que lo que se intuye hará el gobierno federal con su eventual propuesta. Por ejemplo, la figura de las concesiones –un paso más agresivo respecto a los contratos de riesgo—fue expresamente prohibida en la reforma constitucional cardenista de 1940, y constituye uno de los tabús más sólidos dentro de la rancia retórica del nacionalismo petrolero. Por otra parte, más allá de ciertas deficiencias técnicas como confundir el transporte con la distribución de los hidrocarburos, y utilizar algunos datos desactualizados en el diagnóstico, en la propuesta panista se extrañan varios puntos importantes del debate. En primer lugar, esboza muy poco del futuro régimen fiscal de PEMEX y no define qué tipo de estructura legal lo regiría, a pesar de sí establecer que seguirá siendo propiedad del Estado. Tampoco queda claro cómo interactuarían la política energética y la regulación de la CNH como órgano garante de la maximización de las reservas petroleras en el largo plazo. Asimismo, le da una importancia tangencial a las energías renovables y no abarca nada de las reformas necesarias al problemático sector eléctrico nacional. Por otro lado, asegura que bajaría el costo de la electricidad, aunque no dice cómo…
Ahora bien, independientemente de la discusión técnica, ¿qué gana el PAN al presentar esta propuesta? Ante el interés del gobierno federal por avanzar en los temas energético y hacendario, el panismo tiene una gran oportunidad para impulsar su agenda. Éste podría ser el momento idóneo para exigir reformas que interesan a las bases panistas, es decir, aquellas vinculadas con las reivindicaciones democratizadoras históricas de ese partido –como la político-electoral. Por lo pronto, la iniciativa energética presentada parece ser un guiño al gobierno federal, aún con el condicionamiento planteado en lo político. Si el PAN no logra ejercer su poder de bisagra en esta ocasión, puede despedirse de la ilusión de hacerlo durante el resto del sexenio. Y, para ello, será crucial el manejo y relación del liderazgo panista con los contingentes legislativos, un reto de altos vuelos en el senado.
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