Los senadores se saldrán con la suya y obligarán a Banxico a topar las tasas de crédito. Considerando que las tasas son básicamente precios, la nueva regulación incentiva a que los bancos presten sólo a aquellas personas menos riesgosas, propiciando la escasez de crédito. Para resolver el dilema, la propuesta es regular vía una especie de “esquema de flotación de tasas” que permita a Banxico revisar sus topes constantemente. Buena idea, dirán algunos, pues concilia posiciones antagónicas; pero ¿resulta funcional esta solución? No mucho. Por un lado, un precio tope sigue siendo un precio tope así dure sólo un día, por lo que no resuelve el problema del desabasto. Por otro, la solución implicará costos de operación adicionales para el sistema financiero. Cuando los costos de cualquier negocio se incrementan, el incentivo es a recuperar la pérdida vía precios o reducción de la calidad de servicio; es de esperarse que esta última sea la que al final compense al sistema. La regulación será “exitosa” pues el pago total de intereses en México será menor, pero a costa de menos créditos para los mexicanos. Un resultado no muy recomendable en tiempos donde lo que se necesita es reactivar el crédito, no limitarlo.
La reproducción total de este contenido no está permitida sin autorización previa de CIDAC. Para su reproducción parcial se requiere agregar el link a la publicación en cidac.org. Todas las imágenes, gráficos y videos pueden retomarse con el crédito correspondiente, sin modificaciones y con un link a la publicación original en cidac.org
