La boleta electoral para jefe de gobierno del Distrito Federal está completa. Queda pendiente el registro de las listas oficiales de aspirantes a las jefaturas delegacionales y diputaciones locales. El escenario en la capital de la República plantea a un partido concentrado en cosechar los frutos de administraciones pasadas, otros preocupados por la organización interna de sus partidos y otro ávido de conservar su registro (encomienda que tendrá Rosario Guerra con el PANAL). A partir del 29 de abril iniciarán oficialmente las campañas locales en esta entidad.
Miguel Ángel Mancera, candidato de la coalición de las izquierdas (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) se encuentra en primer lugar en la encuesta más reciente publicada por el periódico Reforma al tener el 55% de las preferencias a su favor –siendo este resultado el más alto cuando se compara con las preferencias que tenían los demás candidatos perredistas en las elecciones previas–Andrés Manuel López Obrador tenía 41% de las preferencias en abril de 2000 y Marcelo Ebrard 49% en abril de 2006. Este efecto positivo creciente podría ser resultado de una buena imagen de gobierno. En contraste, en los resultados para la elección presidencial en la encuesta de Reforma, López Obrador contaría con el apoyo de 45% de los habitantes del Distrito Federal, un porcentaje muy por debajo del que obtuvo en los comicios de 2006 (68.21%). Esto podría estar reflejando el descontento que el candidato causó tras dicha elección, y que no ha podido revertir a pesar de las disculpas que este personaje ha ofrecido en distintas oportunidades. En 2009, la izquierda ganó 13 de 16 delegaciones y 31 de 40 distritos de mayoría para la Asamblea Legislativa. (Es interesante observar cómo la base perredista, que incluye a la zona conurbada de la ciudad de México, está experimentando cambios significativos en la elección presidencial en virtud de que, en esas zonas, compite un ex gobernador del Estado de México, factor que, al menos hasta este momento, ha disminuido las preferencias de López Obrador).
Por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) la candidata a jefa de gobierno es Beatriz Paredes quien compite por segunda ocasión para el mismo cargo tras perderlo frente a Marcelo Ebrard en 2006. Sin embargo, la candidata podría tener un mejor resultado en esta ocasión, aunque parece difícil que logre superar a Mancera. La encuesta de Reforma la coloca en segundo lugar con un 30% de las preferencias, 5% más que en las encuestas de hace seis años. Este crecimiento podría ser resultado tanto del efecto “Peña Nieto”, como del posible desencanto de los electores por el PAN como opción para la alternancia en el DF. Este efecto también se refleja en las preferencias para la Asamblea Legislativa, en donde el PRI seguramente aumentará sus escaños de representación proporcional y logrará obtener diputaciones en distritos de mayoría, puesto que ocupó por última vez en 1994. Sin embargo, Paredes tiene el reto de reagrupar a un partido pulverizado en el ámbito local debido a inconformidades en el proceso de selección de los candidatos a jefaturas delegacionales y diputaciones locales. Un punto a resaltar es que muchos de los inconformes cuentan con bases sólidas en varias colonias de la ciudad, lo cual podría restarle músculo electoral al PRI.
Por otro lado, Isabel Miranda de Wallace pasó de ser activista social en temas de seguridad a candidata a jefa de gobierno por el Partido Acción Nacional. Actualmente ocupa el tercer lugar en la encuesta de Reforma al tener el 13% de las preferencias de los electores del Distrito Federal. En comparación con los resultados de anteriores sondeos se encuentra en desventaja, pues Demetrio Sodi tenía 23% de las preferencias hace seis años y Santiago Creel 28% hace doce. Estos resultados podrían estar reflejando que la candidata no ha logrado convencer ni al votante panista ni a aquellos electores que buscan la alternancia en la entidad. Esto quizás comprueba que elegir a un “ciudadano” versus un “político” no es necesariamente algo atractivo al electorado por si mismo. Parece evidente que, desde la perspectiva de la contienda presidencial, el objetivo del PAN al nominar a una candidata del perfil de Wallace constituía una apuesta a ganar los votantes no panistas para quienes la seguridad es el tema fundamental en su decisión. Por otro lado, el PAN se concentrará en preservar las tres delegaciones que gobierna actualmente: Benito Juárez, Cuajimalpa y Miguel Hidalgo. Sin embargo, lo complicado y áspero de los procesos internos en las últimas dos delegaciones, podría complicar su refrendo. En cuanto a asambleístas, el PAN consiguió 9 escaños de mayoría relativa en 2009; todo un reto a vencer para 2012.
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