El próximo domingo 7 de junio el país decidirá en las urnas más de 2 mil cargos de elección popular -entre ellos 500 diputaciones federales, 600 locales, 887 alcaldías y 9 gubernaturas. Aunado a lo anterior, se conjuntan diversos factores de coyuntura que hacen de este escenario electoral uno particularmente complejo:
• Las elecciones serán encabezadas por primera vez por el Instituto Nacional Electoral (INE), el cual deberá probar su eficacia para llevar con éxito la jornada electoral y lidiar con el conflicto post-electoral que previsiblemente surgirá a raíz del cambio de reglas en términos de fiscalización, topes de campaña y por lo competidas que están muchas de las contiendas.
• En este proceso electoral también se está poniendo a prueba la efectividad de la legislación electoral emanada de la Reforma Política de 2013.
• Han ingresado nuevos actores a la contienda: el nuevo partido de López Obrador – Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Encuentro Social, el Partido Humanista, y un puñado de candidatos independientes, tanto a nivel estatal como a nivel local.
• El descrédito de los partidos políticos ha dado lugar a reflexiones acerca de las diversas formas de protesta ciudadana que, en el contexto electoral, han culminado en fuertes llamados a la anulación del voto y el abstencionismo. Así mismo, la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas y electorales se encuentra en un punto muy bajo. De acuerdo con un estudio de percepción ciudadana encargado por el mismo INE, 50% de los ciudadanos no confían en absoluto en las elecciones. Como consecuencia, aún cuando en elecciones intermedias los niveles de participación tienden a ser menores – en 2003 y 2009 éstos fueron de alrededor de 40 puntos porcentuales -, este año se corre el riesgo de observar cifras todavía menores.
• Las condiciones de inseguridad que han afectado la gobernabilidad en algunos estados (Oaxaca y Guerrero, por mencionar algunos) han dificultado el proceso electoral desde el inicio y es posible que eventualmente tengan un efecto pernicioso en la credibilidad de los resultados electorales.
Más allá de quién resultará victorioso, la jornada electoral del 7 de junio significará la reconfiguración de las fuerzas políticas en varios planos de la vida nacional. A continuación se explican a detalle algunas de ellas.
Correlación de fuerzas en el Congreso
Liderazgos partidistas: la competencia paralela
El panorama en las gubernaturas
¿Y después del 7 de junio?
“Semana Política es elaborada por:
Ximena López
Mariana Meza
Carlos de la Rosa
Santiago Martínez
Rafael Vega
Editora: Lorena Becerra”
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